domingo, 21 de octubre de 2012

GRAN HOTEL

Las series de época se han puesto de moda, y A3 no iba a ser menos: Va por la segunda temporada su GRAN HOTEL.


Es una especie de thriller costumbrista ambientado en el norte de España a principios de siglo y con tintes de intriga o suspense a lo Agatha Christie y Sherloch Holmes, pero con un fondo de comedia romántica sentimental que podría ser firmada por Bárbara Cartland y también nos puede recordar algo a Titanic, sobre todo, en la pareja protagonista.
La ambientación está cuidada al máximo, tanto la decoración como el vestuario responden fielmente a los patrones de la época, y yo que procuro pillar algún gazapo siempre en las series, en esta por el momento me ha resultado imposible. Muy bien hecha sin anacronismos ni saltos en raccords.
También está muy cuidado el reparto, con veteranos como Concha Velasco, Adriana Ozores, Asunción Balaguer y el recientemente desaparecido Juan Luis Galiardo, que no nos defraudan y, en la línea de todos ellos, cumplen a la perfección con sus trabajos; también se encuentran en el reparto dos actores que  hace unos años parecía que no iban a parar de trabajar en el cine pero que no fue así: Fele Martínez y Pedro Alonso, que aunque últimamente se prodiguen poco, siempre son eficaces y bordan sus respectivos personajes. Y, como no, la pareja protagonista, formada por Amaya Salamanca y Yon González. La primera se ha quitado totalmente la losa de ser Cata, el personaje que bebía los vientos por el Duque en Sin tetas no hay paraíso, ya que este personaje es totalmente distinto y no los interpreta mal pero quizás le falte algo más de expresividad, ya que soportar el peso de una serie con actores tan consagrados dándote la réplica no es nada fácil pero considero que los actores jóvenes de las últimas hornadas necesitan formarse actoralmente más que comer. A él le pasa algo parecido, se ha despojado de su personaje de Gran Reserva para interpretar a un personaje de época en esta serie, y ha hecho bien para crecer profesionalmente, pero creo que tendría que emular algo a su hermano, ya que lo tiene en casa, el actor Aitor Luna, que además de hacer series, como Gran reserva o Los hombres de Paco, se sube a menudo a las tablas de un escenario y se le nota, ya que es mejor actor.
La serie está rodada en los alrededores del Palacio de la Magdalena en Cantabria, rebautizado para la serie como Cantaloa. La magnífica fotografía de la serie hace que ésta parezca mejor, pero en realidad es una serie entretenida, que se deja ver, bien realizada e interpretada.


También me podéis seguir en www.exclusivadigital.com

jueves, 18 de octubre de 2012

LA QUE SE AVECINA

Cada semana se insulta a la inteligencia desde Telecinco con esta bazofia en forma de serie: LA QUE SE AVECINA.


La secuela de la más o menos digna Aquí no hay quien viva triunfa sorprendentemente en este país en el que los actores porno se alían con los chinos para blanquear dinero y en el que van a dejar fumar en un gran parque temático madrileño dedicado al juego, a las drogas, a la prostitución y al crimen organizado....Spain is different.
Esta serie que triunfa, aunque con claros síntomas de desgaste a tenor de la caída libre que experimenta en los audímetros, es una de las series más hortera y chabacana que ha pululado por cualquier parrilla televisiva.   No me refiero al bonito texto que los actores tienen que aprenderse, sino a sus grotescas situaciones y la vulgaridad de los personajes que habitan en esa comunidad de propietarios, todo muy al estilo de su padre el magnate ventrílocuo venido a menos José Luis Moreno.
No seré yo el que haga una cruzada en contra de las horteradas televisivas, de hecho estoy enganchado a algunas, la última Quien quiere casarse con mi hijo, pero ya que me molesto en ver algo que no es didáctico y que no me aporta nada, qué menos exigir que me haga reír. Es lo que me ocurre con Aída, una serie con personajes barriobajeros, ordinarios, pero con un guión consistente y lleno de guiños a la actualidad, humor inteligente en boca de personajes zafios, pícaros, perdedores,.. pero lleno de gags brillantes e ingeniosos.
En LQSA ocurre todo lo contrario, en lo poco que he sido capaz de visionar no ha conseguido tenerme más de dos minutos sin sonrojarme. A quien puede enganchar tal basura? Me imagino que a un perfil socio-económico-cultural bajo, no sé que comprarán ni quienes son los anunciantes en esta cosa, solo sé que no me gustaría que mi empresa se anunciara entre sus escenas. Tiene un público fiel pero nunca he leído una crítica favorable. Que cantidad de dinero desperdicia Vasile en este producto, tendría que estar prohibido por ley incluso en las televisiones privadas emitir productos con esta calidad tan ínfima aunque haya público que lo demande. Las licencias de las cadenas privadas se otorgan por el gobierno de la nación por lo que tendría que haber unos criterios para limitar la producción de estas cosas, porque llamarlas series o programas me produce cierto rubor. Eso es otra cosa.
Me aburre bastante escribir sobre algo que no me gusta, ni me provoca, ni me indigna, ni me conmueve, el único sentimiento que me produce es el del ataque al buen gusto y a la inteligencia. Pero bueno, tampoco es de extrañar en el país de Cobo Calleja y EuroVegas.