miércoles, 18 de diciembre de 2013

ENTRE TODOS

Toñi Moreno, la presentadora
Algunos se creerán que soy un insensible, un témpano de hielo incapaz de conmoverse ante las tragedias humanas, y nada más lejos de la realidad. Claro que me emociono en numerosas ocasiones ante injusticias, situaciones límites como la pobreza, la maldita exclusión social en la que cada vez cabe más gente, para ello nada mejor que documentarte, leer la prensa, salir a la calle, ver documentales,.... , así podemos ver lo que hay en nuestro entorno, lo podemos conocer de primera mano y, cada uno en la medida de nuestras posibilidades y sensibilidad, podemos ayudar de una u otra forma por los canales habituales para ello. En una televisión de carácter generalista, aunque sea la pública, prefiero emocionarme con el Telediario que muestre la cruda realidad, o con la ficción de la muerte de Chanquete o la victoria de Rosa López en OT1.
La audiencia a costa de mostrar sin ningún pudor las miserias humanas y los dramas personales, me producen náuseas y asco, aunque no por la pobre gente desesperada que acude a estos programas con la idea de quemar un último cartucho para salir de su penosa situación, sino por la gente que, sin ningún escrúpulo, se alza como canalizadora de la solidaridad humana y se erigen salvadores del pueblo llano que confían en ellos para satisfacer sus necesidades más básicas.
Se posicionan como sustitutos de los servicios públicos que formaban parte del llamado Estado del bienestar, y que tantos años y esfuerzos costaron conseguir, ahora cada vez más mermados a base de tijeretazos. Por esta razón, TVE, la tele del gobierno, se ha inventado un formato para la sobremesa, en el cual los particulares, conmovidos por las lágrimas y los desastres de vidas que nos presentan, tratan de costear lo que antes te proporcionaba el Estado, y que sufragábamos con nuestros impuestos.
Otra barbaridad de esta TVE, carente de éxitos, audiencia y credibilidad. Una TVE que confunde solidaridad con caridad, y que nos presenta a esta última como la única salvación para todos los damnificados de esta crisis o gran estafa, en la que estamos inmersos. Me parece mucho más solidario no contribuir en las urnas a políticas de recortes, privatizaciones, subidas de impuestos, bajadas de sueldos, loas al neoliberalismo, así, todos podríamos acceder a los servicios básicos, nadie moriría por ingerir alimentos caducados, podríamos adquirir ortopedia sin necesidad de mendigar públicamente, en fín, tendríamos todos más libertad y dignidad, esto si que lo podríamos hacer ENTRE TODOS.
Si hubiera justicia social, no haría falta la caridad.