Durante casi 10 años los momentos previos a las tradicionales campanadas desde la Puerta del Sol estaban reservados a la carcajada y al humor con los geniales Martes y 13.
Josema Yuste y Millán Salcedo protagonizaron sketches inolvidables que aún permanecen en nuestra retina y aunque los veamos 15 veces siempre nos provocan la risa por su hilaridad y ocurrencia. ¿Quien no recuerda el sketch de Encarna de noche y las empanadillas de Móstoles? Si alguno te viene a la cabeza es, sin duda, el más recordado.
Descubiertos por José Mª Íñigo cuando eran un trío formado por ellos 2 y Fernando Conde, éste último pronto abandonó la formación para dedicarse por entero al teatro. Después, Josema y Millán siguieron trabajando en las Navidades de TVE y en otros especiales así como en diversos programas semanales de los que ya hablaremos otro día. En la época en que este dúo amenizaban las noches de Fín de Año, rara era la tertulia de bar en que no se hablaba de algun gag o parodia del especial. Centraban multitud de conversaciones durante la semana posterior.a su emisión. Luego llegaron otras parejas de humoristas con la intención de repetir su éxito pero ninguna lo consiguió, ni siquiera Cruz y Raya.
Muchas han sido las parodias y las imitaciones que han hecho este dúo a lo largo de su dilatada trayectoria. Como olvidarnos de sus parodias de Mª José Cantudo, Gloria Fuertes, Jesús Hermida y tantos otros que han sido víctimas de su ingenio, aunque eso sí, casi todos encantados de ser parodiados por ellos, a excepción de la temible Encarna Sánchez por el especial en el que el hilo conductor era ella y la Pantoja.
Tras su separación, poco importa lo que ponen en televisión el 31 de Diciembre, ya no ha vuelto a ser lo mismo, ni la televisión es igual sin ellos, ni ellos por separado hacen recordar a Martes y 13. Igual que no ha salido otro Gila, otros Tip y Coll, tampoco ha salido nadie que se parezca a ellos, a Martes y 13.
La noche del 24 las televisiones nos ofrecieron su dosis de caspa y de vergüenza ajena, que si bien A3 y T5 ya nos tenía acostumbrados a lo largo de los años, no así TVE, que este año en su horario estelar decidió desempolvar la rancia naftalina del Karaoke.
El tradicional mensaje de S.M. el Rey nos sorprendió con una puesta en escena diferente, estudiada al milímetro, que para eso tiene la Casa de Su Majestad un departamento de comunicación potente, pero no nos sorprendió con el contenido del mensaje que, como es habitual, es políticamente correcto, tibio y ajeno a la polémica. Ni una palabra del paro, de los desahucios y, en una noche tan familiar, obvió referencia alguna a su dispersa familia. Pero bueno, este mensaje navideño anual es tan útil, tan importante y tan tradicional como los saltos de esquí de Año Nuevo, que están en televisión pero casi nadie presta atención.
Lo peor vino después, a su término. El que otrora fuera el humorista revelación descubierto por Xavier Sardá, pero que con el tiempo se ha convertido en un mero imitador y humorista mediocre, Carlos Latre, nos invita a reirnos y a disfrutar de lo lindo con un cutre Karaoke que haría sonrojar al mismísimo Leonardo Dantés. ¿Puede alguna persona en su sano juicio pasárselo bien viendo a la "lideresa de opinión" Mariló Montero y al doctor Gutiérrez bailando a lo Gangnam Style? Si querían hacer un programa que nos recordase al mítico Telepasión, podrían haber hecho una nueva edición del mismo en lugar de esta basura. Son cosas del nuevo equipo de TVE, empeñados en cargarse el servicio público y en malgastar el dinero de todos en productos de dudoso gusto.
Después de este insoportable Karaoke, nos ofrecieron 2 promociones de sendos trabajos discográficos, los de Alejandro Sanz y de Miguel Bosé. Si en la TVE socialista confiaban la Nochebuena a un cantante de perfil conservador como el gran Raphael, artista incombustible que se reinventa con el paso de los años, la TVE del PP regala su espacio a dos intérpretes de perfil socialista para que vendan sus La Música no se toca y Papitwo, respectivamente. En ambos platós nada hacía pensar que era Navidad, en el primero con graffities y en el segundo con simples luces de neón, los símbolos navideños brillaban por su ausencia. En el caso de los especiales de Raphael, alrededor de un gran árbol de Navidad, el artista junto a sus invitados entonaban populares villancicos de todas las épocas y países. Este año, con los especiales más sosos y tediosos, a mayor gloria de sus protagonistas y de sus ventas para estas navidades, solo consistían en una sucesión de los temas de sus respectivos trabajos acompañados con algunos artistas como Malú, Tiziano Ferro, Leonor Watling, Bimba Bosé,....
Los especiales de Nochebuena tienen que ser más navideños, como el que se nos ofreció después de los dos anteriores, de Michael Bublé, con decoración navideña, villancicos y actuaciones estelares como la de Rod Stewart o los personajes de Barrio Sésamo. A las 2.00 de la madrugada sí llegó la Navidad a TVE con este magnífico especial, no, ni muchísimo menos, por no ser español, ya que hemos tenido grandes Nochebuenas televisivas en otros años, sino por estar bien hecho y con mejor gusto que lo que nos endiñó esta TVE cada vez más rancia. Con los buenísimos profesionales que trabajan en la Casa, qué pena que les encarguen tanta bazofia. Esto no hace sino incrementar la nostalgia de una TVE gloriosa, que cada vez se está pareciendo más a la griega.
Si olvidable ha sido la Nochebuena de TVE, como me temo que va a ser la de Fín de Año, a tenor de las promos, no menos olvidable es la de T5 y A3, que nos ofrecieron más de lo msmo.
En T5, uno de los personajes televisivos más irritantes, como es Paz Padilla y el copresentador de El Programa de AR, Joaquín Prat jr, amenizaron la noche al más puro estilo José Luis Moreno con el engendro La Noche en Paz, una sucesión de actuaciones musicales aderezada con sketches carentes de gracia, de la escuela de Matrimoniadas o del desaparecido Noche de Fiesta, hijos de José Luis Moreno, que tanto animaban las noches de no sé quien, porque no alcanzo a comprender como en el siglo XXI puede haber gente que se ría con esas gracietas horteras y zafias.
Una actitud más digna es por la que opta cada año A3, la de tirar la toalla. Como es habitual por estas fechas, A3 saca del cajón refritos, todos los años los mismos, y los pone uno detrás de otro para que nadie los vea. Siempre las mismas caídas, las mismas equivocaciones de sus presentadores, las mismas polémicas....
En fín, igual que por estas fechas se echa de menos a aquellos que ya no están, creí que nunca iba a decir esto, pero..... Cada año echo más de menos a Ramón García y a Ana Obregón.
Siguiendo la estela de grandes series de época como Cuéntame, La Señora o La República, la TVE de González Echenique nos sorprende en prime time con una serie que bien podría rellenar la sobremesa: La memoria del agua.
Sí, sí, ya se que esta serie fue encargada por la anterior directiva de TVE, pero fue para rellenar un hueco en la sobremesa, no para ocupar la franja horaria más codiciada por los anunciantes. Esta serie fue rodada como hace dos años y dormía en algún cajón, en el mismo en el que estaban Isabel, felizmente estrenada hace poco, El asesinato de Carrero Blanco, y otras tantas. Pero el equipo directivo que decidió prescindir de los servicios de Ana Pastor y de Fran Llorente, no quería estrenarlas aduciendo argumentos tan torticeros como que eran productos muy caros, eso que ya estaban hechos. El caso es que esta televisión, que era la primera y ahora se ha convertido en una cadena de tercera, y nunca mejor dicho, porque va camino de convertirse en la tercera opción de los televidentes nos regala la noche de los lunes con este subproducto basado en una novela mediocre de la ex buena presentadora de programas como Rockopop, El Primijuego, ex subdirectora de Interviú, ex.... novelista, Teresa Viejo.
No achaco culpa alguna a los actores, que los pobres hacen lo que pueden, ya que en su elenco se encuentran pesos pesados de la interpretación y del arte de Talía (no me refiero a la cantante mexicana), tales como Amparo Pamplona, Ana Mª Vidal, Carmen de la Maza,... con los que tienen que lidiar actores tan inexpertos como la niña prodigio de Los Serrano, Natalia Sánchez, y el debutante en la obra maestra Mar Adentro de Amenábar, Tamar Novas.
Un guión inconsistente, una dirección pésima, una interpretación paupérrima y un ritmo que aburre a las ovejas es lo que contiene esta serie que, supongo, no va a desbancar a la exitosa Isabel.
Hacer una serie de época no es fácil, es mucho más que un decorado, ambientación y vestuario cuidados. Se trata de hacer una historia que enganche y se trate de una producción esmerada. Intuyo que no va a ser el caso de este bodrio. Amoríos de culebrón, intrigas detectivescas y objetos de otra época se unen para contarnos una historia carente de interés.
Deposité confianza en este producto, pero....Manolete, Manolete, si no sabes torear pa que te metes.
Zapatero a tus zapatos, y para las series de época, Diagonal TV o Grupo Ganga. Mientras no me demuestren lo contrario, son los equipos más capacitados para transportarte a otro siglo con dignidad. Veremos mañana las críticas y las audiencias, pero a mí me ha parecido floja, floja, floja.