miércoles, 4 de septiembre de 2013

VIVE CANTANDO

Uno de los primeros estrenos de la temporada televisiva, en cuanto a ficción se refiere, ha corrido a cargo de A3 con la serie Vive Cantando. 
Dada la gran promoción que ha tenido la serie en los medios, era una de las apuestas más esperadas de la temporada, pero a mí el primer capítulo me decepcionó.
Tenía puestas mis esperanzas en esta serie por muchos motivos: su director, Miguel Albaladejo, padre de magníficas películas como El Cielo Abierto, Cachorro, Ataque Verbal, Nacidas para Sufrir, Manolito Gafotas,....; su protagonista María Castro, para la que supone su primera incursión como protagonista en una serie en prime time, después de su exitosa participación coral en series como Sin Tetas no hay Paraíso o Tierra de Lobos: el resto de reparto compuesto por veteranos y grandes actores como Manuel Galiana, actores solventes y conocidos como Mariola Fuentes, José Luis García Pérez, Alberto Jiménez y Pilar Castro, y caras nuevas con cierta experiencia, como es el caso de Víctor Sevilla, que tuvo el honor de dar la réplica en teatro a Concha Velasco y ser dirigido por Josep Mª Pou, y de la cantante Roko, que en el segundo episodio debutará en el mundo de la interpretación. Ingredientes, todos ellos, para vaticinar que nos íbamos a encontrar un producto de altura.
Aún así, voy a tratar de ser prudente porque se trata del primer episodio y la serie puede dar un giro copernicano y sorprendernos, no sería la primera vez que esto ocurre. El primer episodio de una dramedia, como se le llama ahora al género, de barrio, suele ser flojo pues se limita a presentarnos a los personajes que pulularán por el barrio y nos adentran un poco en sus tramas. Pero la impresión que me produjo el primer episodio de Vive Cantando me teletransportó a épocas pasadas en las que Antena 3 aún no pertenecía a A3Media, tenía un logotipo diferente, más básico y su programación se llenaba de cardados, hombreras, pantalones de campana y series tan rancias como Lleno por Favor y Menudo es mi Padre.
El barrio en el que se desarrolla la mayor parte de las tramas no es reconocible, como tampoco lo son los vecinos que lo habitan, nadie habla ni ha hablado como los personajes de la serie desde La Verbena de la Paloma. Son personajes estereotipados con clichés de personajes de otras series, Da la sensación como si hubieran querido mezclar Aída, Cuéntame como Pasó y Este es mi barrio. Nada más empezar, la serie ya parece antigua, rancia y con cierto tufillo a empalagoso merengue.
Repito que tan solo se ha emitido un episodio y que daré un voto de confianza ya que hay detrás un equipo de reconocida solvencia y prestigio.

De hecho, el primer episodio logró un hito histórico, arrasó en share social, fue lo más comentado en las redes sociales, la Trini que encarna María Castro se metió en el bote a todos los internautas, que la felicitaron y elogiaron su interpretación. La serie también ha conseguido romper el maleficio que pesaba sobre la cadena de San Sebastián de los Reyes que no recordaba un éxito tan rotundo de un primer episodio en su ficción nacional desde los tiempos de Farmacia de Guardia, ya que obtuvo un 18.7% imponiéndose a sus rivales Clint Eastwood y Sonia Monroy de Sin Perdón y Campamento de Verano, respectivamente.
Esperemos que la calidad de la serie crezca  y no defraude a sus seguidores, porque aunque la serie adolezca de defectos propios del bajo presupuesto y del poco riesgo que han asumido en su producción, tiene un capital importantísimo: el muchísimo cariño y mimo que han puesto todos los que están detrás de este producto. Algo de cal y algo de arena a una serie que acaba de empezar, que da trabajo a un montón de profesionales del medio y que tiene aún mucho que demostrar en las noches televisivas de Antena3.


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