lunes, 27 de agosto de 2012

CASO BRETÓN: INFORMACIÓN O MORBO

Yo quisiera lanzar una pregunta al aire para todo aquel que quiera contestarla y, así, generar un debate: ¿Qué persiguen las televisiones en primer lugar: la búsqueda de la verdad o ganar audiencia? Desgraciadamente, me temo que lo segundo.


Con la tragedia de los niños José y Ruth Bretón Ortiz, se pone una vez más de manifiesto la codicia de las televisiones y el empeño a cualquier precio por conseguir unas declaraciones en exclusiva, unas imágenes escabrosas, unas especulaciones macabras, una conjetura morbosa,...
Cada vez es más real aquella frase de "no dejes que la verdad estropee una buena noticia". Mientras no se cierre el caso con una reconstrucción de los hechos cuadrada al milímetro, se da cancha a las televisiones para esparcir su casquería con especulaciones, opiniones de "expertos" como el psiquiatra forense Dr Cabrera, que pasa más tiempo en los platós que en su despacho, como el periodista Nacho Abad, que por un cursillo de Criminología que ha hecho se cree Hércules Poirot, y tantos otros charlatanes que mientras se investiga la verdad estarán opinando y opinando sin tener ni idea de lo que están diciendo.
Por la audiencia ¿todo vale?
Cuando en la televisión estaba mal visto poner el ojo y el foco en el dolor ajeno para hacer un espectáculo televisivo y mantenía ciertos niveles de dignidad y de ética, Nieves Herrero fue defenestrada al ostracismo televisivo y no volvió a levantar cabeza. Hizo un show televisivo en la morgue donde reposaban los cuerpos de las 3 niñas de Alcasser. Fue bochornoso, patético y denigrante, pero obtuvo un share más que aceptable en una A3 que necesitaba un bombazo para sobresalir del pozo en el que estaba metida. Las críticas fueron atroces, pero allí estaba la señora Herrero empeñada en convencernos de que lo que hacía allí era informar, y nada más lejos de la realidad, lo que hacía era preguntar a sus familiares que como se sentían, como si no lo supiéramos ya. Eso no es información, es morbo gratuito.
20 años después las televisiones no escarmientan y siguen poniendo el foco en el dolor ajeno, en la tragedia personal, no en la noticia. Casos como el de Madeleine Mccann, Anabel Segura, Marta del Castillo,... han llenado horas de televisión saltándose a la torera el código deontológico que todo periodista que se precie debe observar.
Con los resultados de los dos informes, el encargado por Ruth Ortiz y el del Ministerio de Interior, en los que aseguran que los huesos encontrados en la finca de Las Quemadillas pertenecen a los niños, al contrario que el informe policial que dictaminó que pertenecían a pequeños roedores, las cadenas de televisión ya han puesto en marcha su maquinaria para dedicar todo el programa a algo que se está investigando. Solo se sabe que los huesos son humanos, no se sabe aún como se cometió el crimen ni tantas otras cosas de lo que hablarán toda la semana en los distintos magacines. Así, Susanna Griso y Ana Rosa Qintana han interrumpido sus vacaciones y se incorporan con carácter de urgencia a sus respectivos programas ya que tienen más callo que los suplentes en cubrir este tipo de tragedias.
Mientras se trabaja en extinguir los salvajes incendios forestales que están asolando nuestra naturaleza, algunos incluso provocados por desaprensivos, y ya no da mucho más de sí la bonita historia de la restauradora improvisada que con buena fé y ánimo de ayudar retocó el  "Ecce Homo" del Santuario de Borja, las televisiones tienen delante una historia para llenar espacio en sus programas, aunque sea a costa de la única VERDAD: 2 criaturas inocentes que han sido asesinadas y el dolor y sufrimiento de una madre que ha estado un año luchando por encontrar a sus hijos y que no la van a dejar vivir el duelo en la intimidad.
Todo sea por la audiencia y por la cuenta de resultados de las cadenas.
Ójala me equivoque y el tratamiento informativo que se dé a esta noticia sea con el rigor y el respeto que los 2 niños y la familia Ortiz se merecen.

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2 comentarios:

  1. LLevando la suspicacia al más alto nivel, no será este un caso, en el que se provoca el error para crear una línea de información con la que tenernos entretenidos y aborregados, llamando a nuestros instintos de pasión y rabia. Dos objetivos: beneficios económicos y sometimiento de la masa. Analicense los que consideren este comentario insensible ante el dolor ajeno.

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  2. Así, nuestro amigo L.S.S. abre una nueva línea de debate

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