Tras un pequeño paréntesis, vuelve El Telele con energías renovadas centrándose en un programa perteneciente al área de los Servicios Informativos de TVE y en una presentadora injustamente atacada por realizar su trabajo: hacer preguntas a los invitados. LOS DESAYUNOS DE TVE Y ANA PASTOR.
Los Desayunos de TVE, un programa despertador de la televisión pública en el que abordan los temas que han sido actualidad en las últimas horas, con la colaboración de varios periodistas de las 2 tendencias mayoritarias de este país y con la asistencia de algún invitado al que le hacen preguntas y el invitado responde. Lo que ocurre es que a algunos invitados que asisten a este programa se sienten incómodos ante ciertas PREGUNTAS, que no aseveraciones, porque deben pensar que a estas alturas de la democracia los directores de los programas les deberían pasar las preguntas que les vayan a formular para ejercer su derecho al veto, así como a elegir a los periodistas que les interroguen, ellos prefieren a amigos de besamanos que les proporcionen incienso por doquier, es decir, lo que tienen en Intereconomía, 13TV, Telemadrid, Canal Nou,...
Me recuerda a Franco con el NO-DO, ¿recuerdan ese noticiario que emitían antes de las películas de estreno para promocionar las bondades del Régimen? Parece que es lo que les gusta a ciertos políticos que si están en el PP es porque en España no existe ningún partido de extrema derecha en el que encuentren mejor ubicación. ¿A partir de las elecciones del 20N volverá el NO-DO para celebrar esta doble efeméride? ¿Volverá Alfredo Urdaci a algún puesto de responsabilidad en los SSII de la televisión pública? Recordemos que Urdaci fue el único director de Los SSII de TVE obligado a rectificar una información que dio en la Segunda Edición del Teledíario, la de máxima audiencia, en virtud de una sentencia del Tribunal Supremo.
Que la información que proporciona TVE en estos últimos 8 años ha sido objetiva, plural e imparcial es algo que no he dicho yo, sino los líderes políticos de todos los signos, la independencia de los tribunales, el Instituto de Análisis Internacional de los Medios de Comunicación, que otorgó a la Segunda Edición del TD el prestigioso, aunque duela algunos, Global Peace Award, y cualquier espectador que se tome la molestia de analizar con objetividad la escaleta de los Teledíarios.
En los últimos días, a traves de la red social Twitter, el Secretario de la Presidencia de las Cortes Valencianas, Angel Mínguez, insinuó que Ana Pastor tras el 20N iba a recalar en Canal Sur. Este señor tiene la indecencia moral de menospreciar y minusvalorar la profesionalidad y el talento de Ana Pastor insinúando que no tendría cabida una periodista como ella en la televisión pública cuando el PP gobierne. Luego ha dicho que se trataba de una broma, pero señor Minguez, ese tipo de bromas las puedo gastar yo y cualquier otro ciudadano de a pie, no alguien que ostenta un cargo público.
Recuerdo a este señor, que entre las hazañas profesionales de Ana Pastor se encuentra la entrevista al líder de Irán Mahmud Ahmadineyad, al ex primer ministro británico Tony Blair, a los primeros espadas de la política nacional sin dar cera a nadie ni hacer la pelota a unos ni a otros, ya que también ha puesto en aprietos a líderes de la izquierda, con la diferencia de que unos lo toleran y otros no.
Ana Pastor ha demostrado en repetidas ocasiones su valentía como periodista, increpando al líder iraní y lidiando con ciertos personajes que acostumbran a imponer su férrea voluntad en todas las empresas que controlan. Les gustan los periodistas adeptos a su régimen, se sienten más cómodos a la hora de lanzar sus soflamas y sus sermones, pero da la casualidad que la televisión pública ha de ser la televisión de todos los españoles, y para una vez que lo conseguimos hay gente que se la quiere cargar. Ni con Felipe González ni con Aznar hemos conocido una televisión pública más libre, más objetiva, más plural y más imparcial, mal que les pese a los que echan de menos el NO-DO.
Si Pepa Bueno, la anterior conductora de Los Desayunos, puso el listón bien alto a su sucesora, Ana Pastor no solo no ha defraudado sino que ha superado en valentía y en arrojo a su predecesora.
Pienso que la misión de un periodista no es dar incienso ni babear ante los entrevistados, sino escarbar y preguntar lo que la gente quiere saber, no lo que quieren los invitados contestar y que se les pregunte, sino extraer declaraciones jugosas. Para hacer la pelota ya está Nieves Herrero.
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