La Navidad es época de consumo, pero en su lado menos prosaico, la Navidad también tiene sus propios olores, sabores, colores, músicas,.. Cumplida cuenta de todo ello dan los spots que por estas fechas inundaban los hogares de emoción, alegría, color, y además nos recordaban que teníamos que consumir turrón, cava, juguetes. Hagamos un repaso por aquellos anuncios que se instalaban en nuestro corazón y vacíaban nuestra cartera, pero nos anunciaban que llegaba la Navidad.
Aunque otros anuncios de cava también nos llegaban a arañar nuestra puntual sensibilidad navideña, sin lugar a dudas el que más se recuerda es el de Freixenet. Con un presupuesto en publicidad inalcanzable para la mayoría de marcas, Freixenet siempre se caracterizó por lo espectacular de su puesta en escena y por las estrellas que fichaba para brindar con la audiencia. Liza Minelli, Antonio Banderas, Raquel Welch, Don Jhonson, Sidney Rome, Plácido Domingo, Shakira, los protagonistas de la oscarizada Belle Epoque con una reincidente Penélope Cruz, y un largo etcétera de estrellas del firmamento mundial de diversas disciplinas han contribuído a dar prestigio a este cava, que si bien no es el mejor, sí es el más famoso. Acompañados de las tradicionales burbujas Freixenet han protagonizado los 4 minutos más esperados en estas fechas. Pero la crisis también llegó a las arcas de San Sadurní de Noya y, si bajaron las ventas, también bajo y mucho la inversión en publicidad. Así, llegaron a repetir dos años consecutivos el spot protagonizado por el equipo español de natación sincronizada con la medallista Gemma Mengual al frente; con Shakira utilizaron un fragmento de un concierto para promocionar el cava. El brillo de las burbujas de antaños se apagó en el fragor de una crisis que no respeta ni al cava preferido de Josep Lluis Carod Rovira.
Tampoco quisiera que el oro de las burbujas Freixenet me hiciera olvidar los anuncios de Codorniú, en que salía la bahía de San Sebastián, la ciudad más bonita del mundo, perfectamente retratada.
Lejos de lo grandilocuente del género revisteril y festivo de Freixenet estaba la sobriedad, la sencillez y la ternura de Famosa. Un grupo de niños se dirigen al Portal de Belén con sus muñecas para ofrecérselas al Niño. Es uno de los anuncios que evocan aquellos años en los que disfrutábamos la Navidad de forma diferente a la actual, con la inocencia de la niñez en la que éramos felices colocando el arbol y el nacimiento en el colegio acompañados de nuestros compañeros y profesores o yendo con nuestros padres a la plaza Mayor o a los extintos almacenes Mazón, que posteriormente fueron Drugstore y en la actualidad Vips de la calle Fuencarral, donde ponían en la fachada unos muñecos haciendo playback, modesta y sencilla atracción, precursora del faraónico Corttylandia actual.
Ahora disfrutamos también mucho de estas fiestas, yo por lo menos, son días que se disfruta más de los amigos aunque los veas todas las semanas, necesitas demostrar que los quieres, pero son unas navidades muy distintas a las de nuestra niñez, en que olía a Navidad en cualquier rincón, en casa con la familia, en el barrio con los vecinos, en el colegio con los compis, en las tiendas de barrio cuando las regentaban vecinos que no eran chinos,...
Pero el que creo que más emoción provoca y el que más lagrimillas furtivas asoma es el de El Almendro.
En todas las familias hay miembros que vuelven a casa por Navidad para pasar esas fechas con la familia. Antes del Skipe, Messenger y demás innovaciones tecnológicas, la conferencia telefónica y las cartas eran los vehículos de comunicación que imperaban en los kilómetros que separaban a las madres de los hijos, a las abuelas de los nietos y a los hermanos de los hermanos, estos encuentros repletos de emoción hacían a la noche del 24 de Diciembre mágica cuando se producían y horrible cuando alguien faltaba. Pero la vida se compone de una sucesión de estos momentos, algunos son mágicos y alegres, y otros horribles por los mazazos que podemos recibir.
Para ello, nada mejor que disfrutar de la chispa de la vida. Coca Cola es otra empresa que sabe rentabilizar estas fechas para que no se nos olvide que es el único refresco de cola que "existe". Tradicionalmente, Coca Cola ha optado por hacer un canto a la vida, a la amistad, a la unión, a la hermandad, al optimismo, a la fraternidad. Ha solido ser el último anuncio del año en TVE, cuando había publicidad, que creo que en breve va a volver, y ha sido el anuncio más caro ya que cerca de 12 millones de personas estaban viéndolo aguardando el momento de las Campanadas. 12 millones aproximadamente, es una cifra de vértigo teniendo en cuenta que las privadas ya estaban aquí, pero lógicamente TVE es la cadena que elegimos siempre para las citas importantes. No podía ser de otra forma cuando tratamos de despedir un año.
Por supuesto, el anuncio de la Lotería de Navidad es uno de los más importantes en estas fechas por razones obvias, por lo que tiene una entrada propia en este blog (pincha aquí)
Son todos los que están en esta entrada de este blog, pero no están todos los que son, lógicamente. Espero que en estas fechas y en estos tiempos difíciles que corren puedan consumir estos y otros productos que anuncian, pero sobre todo espero que sean felices y traten de hacer felices a los que les rodean.
Me gusta Ricardo que hayas hecho éste "homenaje" a los anuncios tan entrañables que nos han acompañado, a lo largo de nuestras Navidades televisivas.
ResponderEliminarA mí, personalmente, el mundo de la publicidad me gusta a nivel profesional, la considero un arte. Es muy difícil hacer un buen anuncio, es por eso, tal vez, que son los anuncios hechos para las Navidades los que más huella dejan. Son muy pensados, con mucho despliegue de medios, en unos casos, y de imaginación, para tocar la fibra sentimental, en otros.
Mis preferidos siempre han sido los de Coca-Cola y El Almendro por ser, cada uno en su estilo, los que reflejan el lado emotivo de la Navidad y el de Freixenet por ser siempre tan espectacular.
Pero bueno, con anuncios o sin anuncios, sean buenos o malos, entrañables o no....lo realmente importante es pasar una buena Navidad,...aunque a algunos nos guste pasarlas de puntillas.