lunes, 26 de septiembre de 2011

PASAPALABRA

Antes en A3 y desde hace unos años en T5 cada tarde tenemos un espacio para jugar con las palabras.


Un concurso en el que para ganar un pastizal no tienes que acabar embadurnado de barro hasta las orejas, ni hacer cosas con tintes escatológicos, ni pelearte con nadie, solo hay que tener un mínimo de cultura y haber leído libros y periódicos con cierta regularidad. El bote actual es el más alto y suculento de la historia del concurso, y se pone en juego cada tarde al alcance de los dos concursantes que luchan por él ayudados de los invitados famosos que les toca en suerte.
Si bien, el papel de los famosos es dar ritmo y agilidad festiva al programa, en algunos casos suponen un lastre para el concursante si le toca, por ejemplo, Chiquito de la Calzada o Paz Padilla, que además de no tener ni idea de nada, ni siquiera entienden la pregunta, se tienen que hacer los graciosos con la consiguiente pérdida de tiempo que supone para el rosco final del concursante en cuestión.



Por lo menos, los invitados famosos que acuden a Pasapalabra son conocidos por su trabajo, a excepción de Kiko Rivera, y siendo vetados los periodistas del corazón que no son invitados nunca por la productora. Que haya invitados como los mencionados anteriormente y que no den pie con bola no me llama la atención en demasía. Me choca más cuando van actores o actrices y no saben que Manhattan es una película de Woody Allen o que Shakespeare era inglés. Claro que esos actores o actrices suelen ser de series del tipo Física o Química y no saben lo que es la vocación.

Me alegro que T5 mantenga en su parrilla este programa de corte cultural, ameno y entretenido, siendo un oasis en la programación de la cadena amiga.


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