En los 80, aunque solo hubiesen 2 cadenas, la calidad estuvo más presente que actualmente. Con esto no quiero pecar de nostálgico, sino todo lo contrario, ya que los tiempos avanzan, y con ellos, los medios tecnológicos, las ideas, los recursos,...deberíamos reivindicar en cualquier foro una televisión de calidad y no la que tenemos ahora. No creo que un país tenga la televisión que se merece, que quiere; el país se traga la televisión que le dan.
Este discurso es para ensalzar una serie hecha en los 80, con recursos de los 80 pero con una calidad y una factura que tan solo se ha podido encontrar en productos posteriores que se pueden contar con los dedos de una mano.
Empezando por su inolvidable sintonía compuesta por Antón García Abril y continúando por un reparto que se hizo muy familiar y querido desde el primer episodio hasta el 13ª que fue el último episodio de esta serie que ha marcado a una generación por muchos motivos.
Esta serie, escrita por Ana Diosdado, versaba sobre el divorcio. En cada uno de los 13 episodios se trataba de un caso de divorcio, que algunas veces acababan bien y otras mal. La Ley del Divorcio acababa de ser aprobada por lo que la expectación que causó esta serie fue enorme. La autora de la serie, Ana Diosdado coprotagonizaba la serie junto a un casi debutante Imanol Arias. Ambos encarnaban a los 2 abogados y socios de un bufete matrimonialista. Eran episodios autoconclusivos, es decir, cada uno era una historia que terminaba en el mismo episodio, pero lo que tenía continuidad durante los 13 episodios eran las relaciones entre los actores fijos de la serie, es decir, la familia de ella, las caseras y dueñas del inmueble donde ejercían la abogacía,....
Sus guíones eran frescos, amenos y no han perdido vigencia. Son historias de seres humanos, de personas de carne y hueso, con corazón, historias de amor y de desamor. Lejos de moralizar, que para nada, trataba de entretener contando historias que estaban a la orden del día en muchos hogares, creo que consiguió normalizar un poco la idea de que un matrimonio bien avenido se pudiera divorciar y no pasaba nada, nos hacía reflexionar en torno a las relaciones humanas en el tono de humor socarrón, ácido y mordaz de Diosdado.
Una serie tan actual y tan bien hecha que no tardaríamos en echar de menos.
Más que un comentario, hoy voy a dar una pincelada personal sobre ésta serie, guardada ya en el baúl de la nostalgia.
ResponderEliminarUna serie escrita e interpretada por la talentosa Ana Diosdado, no puede ser mala. El tema tratado era de plena actualidad, ya que el divorcio pasaba a ser un trámite admitido en la sociedad, de la época. Hoy en día, desgraciadamente en algunos casos, también sigue siéndo un tema de plena actualidad, con historias que se repiten una y otra vez.....Lo que no sabiamos muchos de los que veíamos la serie y que entonces nos dedicabamos a nuestros estudios, nos tocaría vivir alguna historia parecida a las que veíamos en la pequeña pantalla.